Dinamicas para fomentar la lectura
Fomentar la lectura de citas
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La lectura rápida es cualquiera de las muchas técnicas que pretenden mejorar la capacidad de leer rápidamente. Los métodos de lectura rápida incluyen el chunking y la minimización de la subvocalización. Los numerosos programas de entrenamiento de lectura rápida disponibles pueden utilizar libros, vídeos, software y seminarios. Hay pocas pruebas científicas sobre la lectura rápida, por lo que su valor parece incierto. El neurocientífico cognitivo Stanislas Dehaene afirma que las afirmaciones sobre la lectura de hasta 1.000 palabras por minuto «deben considerarse con escepticismo»[1].
Se cree que el concepto de lectura rápida moderna se formó a finales de la década de 1950, cuando Evelyn Wood, una maestra de escuela, empezó a acuñar el término. Se dice que tenía curiosidad por entender por qué algunas personas eran naturalmente más rápidas en la lectura, por lo que trató de obligarse a sí misma a leer muy rápido. En 1958, mientras limpiaba las páginas de un libro que había tirado, se dio cuenta de que el movimiento de barrido de su mano por la página captaba la atención de sus ojos y les ayudaba a moverse más suavemente por la página. Entonces utilizó la mano como marcador. Wood enseñó por primera vez el método en la Universidad de Utah, antes de lanzarlo al público como Evelyn Wood’s Reading Dynamics en Washington, D.C. en 1959[2].
Actividades para fomentar la lectura
La idea de leer por placer suele perderse entre las diversas lecturas asignadas y el mayor énfasis en la preparación de los exámenes. Sin embargo, los buenos lectores son los que pueden leer y analizar una amplia gama de textos. Es importante que el alumno pueda entregarse a la lectura independiente y autogestionada, tanto dentro como fuera del aula. A continuación encontrará una lista de formas de animar a los alumnos a leer por placer, así como consejos para facilitar una cultura de lectura independiente en su aula.
No hay una única forma correcta de inspirar con éxito la lectura independiente, pero establecer una sólida cultura de lectura en el aula es un primer paso importante. Visite «25 maneras en que las escuelas pueden promover la alfabetización y la lectura independiente» de TeachThought para obtener más ideas.
Cómo fomentar el amor por la lectura
Conecte lo que su hijo lee con lo que ocurre en la vida real. Por ejemplo, si está leyendo una historia sobre el baloncesto, pregúntele cuándo aprendió su hijo a tirar a canasta y en qué se parece a la experiencia de los niños en la historia.
También puede buscar actividades complementarias que hagan que los cuentos cobren vida. Si el libro hace referencia a las cometas, pídale a su hijo que piense en actividades divertidas relacionadas con las cometas, como por ejemplo, cómo hacer una cometa. Este tipo de actividades prácticas pueden mantener a los niños interesados en el tema.
Lleve un libro o una revista para niños cada vez que sepa que su hijo va a tener que esperar en la consulta del médico, en el departamento de tráfico o en cualquier otro lugar. Los cuentos pueden ayudar a mantener a su hijo ocupado. Y la experiencia le demostrará que siempre puede sacar tiempo para leer.
Ayude a su hijo a involucrarse en la historia haciéndole preguntas sobre los pensamientos, acciones o sentimientos de los personajes: «¿Por qué cree Jack que es una buena idea comprar las judías mágicas? ¿Cómo se siente su madre después de enterarse?». Anime a su hijo a conectar con la historia a través de experiencias que hayan tenido juntos.
Proceso dinámico en la lectura del significado
¿Qué es fácil? En primer lugar, sus alumnos no deberían necesitar leer el diccionario tanto como su libro. De hecho, los alumnos deberían conocer la mayoría de las palabras de cada página. Para los estudiantes de segunda lengua, eso probablemente signifique lectores graduados. Hay un montón de buenos libros en el mercado. (Aquí hay un buen lugar para empezar.) También deberías consultar las novelas para jóvenes adultos y las diversas cosas que hay en la web para estudiantes de ESL. (Aquí, aquí y aquí para empezar).
Cuando empecé a tocar el violín en quinto grado, básicamente practicaba todo lo que necesitaba y nada más. Siempre me he preguntado por qué mis profesores de orquesta no nos preguntaban qué canciones queríamos tocar. Porque cuando tocábamos algo impresionante como Stand By Me o Orange Blossom Special, practicaba por diversión. En lugar de mirar el reloj cada pocos minutos para ver cuánto me quedaba por practicar, el tiempo pasaba volando.
Así que, consejo número dos, no des por sentado que sabes lo que a tus alumnos les va a gustar leer. Pregúntales. Haz que busquen libros en Internet o en la biblioteca que parezcan increíbles. Luego, sin leer nada, haz que hagan pequeñas presentaciones o informes sobre por qué les gustaría leer lo que han encontrado.
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¡Hola! Soy Paula Guzman, licenciada en Periodismo y te presento mi blog personal.