Imagenes de surrealismo

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Imagenes de surrealismo

Imagenes de surrealismo 2020

El surrealismo fue un movimiento cultural que se desarrolló en Europa tras la Primera Guerra Mundial y que estuvo influenciado en gran medida por el dadaísmo[1]. El movimiento es más conocido por sus obras de arte visuales y escritos y por la yuxtaposición de realidades distantes para activar la mente inconsciente a través de las imágenes. Los artistas pintaban escenas desconcertantes e ilógicas, a veces con precisión fotográfica, creando extrañas criaturas a partir de objetos cotidianos y desarrollando técnicas pictóricas que permitían al inconsciente expresarse[2]. Su objetivo era, según su líder André Breton, «resolver las condiciones anteriormente contradictorias del sueño y la realidad en una realidad absoluta, una superrealidad», o surrealidad[3][4].
Las obras del surrealismo se caracterizan por el elemento sorpresa, las yuxtaposiciones inesperadas y el non sequitur. Sin embargo, muchos artistas y escritores surrealistas consideran su obra como una expresión del movimiento filosófico en primer lugar (por ejemplo, del «automatismo psíquico puro» del que habla Breton en el primer Manifiesto Surrealista), siendo las obras en sí mismas secundarias, es decir, artefactos de la experimentación surrealista[6] Leader Breton fue explícito en su afirmación de que el surrealismo era, ante todo, un movimiento revolucionario. En aquella época, el movimiento se asociaba a causas políticas como el comunismo y el anarquismo.

Joan miró

En una época traumatizada por los estragos de la Primera Guerra Mundial, muchos artistas buscaron crear un nuevo tipo de realidad para dar sentido al mundo. Especialmente interesados en las teorías psicológicas, los surrealistas utilizaron los sueños y el subconsciente para crear su arte. En este artículo, descubra pinturas tanto icónicas como menos conocidas que han contribuido a la influencia del surrealismo.
Aunque Salvador Dalí tuvo una relación tumultuosa con el grupo surrealista, el pintor español sigue siendo uno de los artistas surrealistas más famosos en la actualidad. Los relojes que se derriten en La persistencia de la memoria son una de las imágenes más famosas y reproducidas de Dalí, pero su obra surrealista va mucho más allá de este cuadro. Por ejemplo, el Sueño de Dalí provocado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertarse es un notable ejemplo de arte surrealista. El extenso título del cuadro da un sesgo psicoanalítico a la obra. Al igual que muchos artistas surrealistas, Dalí estaba fascinado con los sueños y las teorías freudianas sobre la mente consciente y subconsciente. Situado en un paisaje marítimo, Dalí representó una escena onírica inspirada en una visión de Gala, esposa y musa del artista. La atmósfera, vibrante y a la vez imponente, hace que la escena sea a la vez amenazante y atrayente.

Max ernst

Hay tantos estilos diferentes de fotografía para probar que no es de extrañar que no estés familiarizado con alguno de los nichos. El surrealismo existe desde hace mucho tiempo, más que la propia fotografía, y es un género artístico que ahora es más fácil de conseguir que nunca con la llegada de las modernas herramientas de edición fotográfica.
El surrealismo es la creación de una obra de arte que es extraña, rara, incómoda, inquietante, etc. Normalmente se consigue mediante elementos fantásticos o sin sentido, y no pretende ser realista. Si todo esto suena un poco vago, es porque en el surrealismo no hay reglas estrictas.
A menudo, los artistas surrealistas intentan hacer una declaración sobre el mundo y lo extraño o disparatado que es realmente a través de su obra. Sin embargo, éste no tiene por qué ser tu motivo. Puede que sólo quieras crear algo que realmente llame la atención, y el surrealismo sin duda lo consigue.
Hay muchas maneras de utilizar el surrealismo para expresarse como artista fotográfico. A algunos artistas les gusta intentar una especie de diario visual: pueden intentar recrear escenas o sentimientos de sus sueños, por ejemplo. Otros quieren hacer una declaración política. Tener dos modelos sentados dentro de una casa que se está llenando lentamente de agua puede ser extravagante, si no se hace hincapié en ningún elemento en particular y se deja que el espectador lo interprete por sí mismo. Sin embargo, poner una máscara de burro en una y una de elefante en la otra le da al instante un fuerte mensaje político.

Salvador dalí

El paradigma emergente de la semiótica cognitiva a mediados de la década de los noventa supuso el reconocimiento de que los modelos teóricos que se habían desarrollado durante el siglo XX para dar cuenta de las formas y funciones de los procesos de comunicación y significación tenían que interactuar con otras disciplinas como la psicología, la neurología, la antropología y la sociología. La semiótica no podía cumplir su ambicioso proyecto de convertirse en una disciplina global sin interacciones operativas con las ciencias empíricas y sociales. Este giro epistemológico también había dado lugar a la lingüística cognitiva y a la poética cognitiva en la década anterior. El primer cuarto del siglo XXI está siendo testigo de la fusión de estas diversas corrientes en un enfoque más integrador de la comprensión profunda e inclusiva de la creación de significados como procesos incorporados.
Este artículo explora la relevancia de la semiótica cognitiva para la creatividad poética multimodal, y más concretamente para el surrealismo, el movimiento artístico que surgió a principios del siglo XX y que alteró los cánones estéticos de su época. El surrealismo se inició en Francia tras la Primera Guerra Mundial. Los poetas y artistas que se identificaron con esta revolución cultural y la promovieron produjeron una gran cantidad de textos y artes visuales, incluidas las películas. También inspiró un elaborado discurso teórico en forma de manifiestos y ensayos filosóficos que pretendían dar rienda suelta a la libertad y redefinir la condición humana. La noción central de la poética surrealista es la «imagen», un término que no debe entenderse en su habitual sentido estrictamente visual, sino como un tropo dotado de gran poder creativo y generalidad. La primera parte de este artículo explicará y documentará la noción surrealista de la «imagen». La segunda parte mostrará la relevancia de la semiótica cognitiva para la comprensión de las obras surrealistas mediante el examen de algunos ejemplos. La tercera parte intentará enmarcar los procesos cognitivos implicados en la producción y recepción de las «imágenes» surrealistas dentro del marco neurocognitivo de la recompensa y la adicción. Para concluir, se examinará la posibilidad de extender esta perspectiva más allá del surrealismo a otros ámbitos artísticos.